domingo, 1 de octubre de 2006

Mi Curriculum




Para mí, dado que tenía facilidad para los estudios, en especial en los ramos más técnicos, los años escolares y universitarios fueron relativamente simples. En aquella época no se había etiquetado aún a los “nerds”, pero seguramente hoy día me habrían llamado así.

Completé mi enseñanza básica y media en la Alianza Francesa de Chile. En 1971, ingresé a estudiar Ingeniería Civil Eléctrica en la Universidad de Chile, y me recibí en 1977.
Hice mi memoria diseñando un sistema de alerta temprana de detección de radares, equipo que luego, en 1978, instalamos en varios aviones de la FACH.

Me casé con Patricia Vigouroux, profesora de francés, buscando tal vez intuitivamente equilibrar mi faceta “cuadrada” con alguien de gran sensibilidad y con una calidad humana a toda prueba. En 1981, viene Eric al mundo y dos años después Nathalie completa la familia cuyo desarrollo y bienestar será mi objetivo de trabajo por los próximos 25 años.

En esos años trabajaba en Ingeniería Electrónica, diseñando aparatos, pero me di cuenta que mi estilo de trabajo no calzaba con una institución militar, lo que me llevó a buscar otras alternativas laborales.
Postulé y fui aceptado para trabajar como analista de sistemas en Chilectra Generación, compañía que Corfo había creado recientemente mediante la división en tres de la histórica Chilectra.
Me tocó participar en toda la evolución desde una compañía estatal hacia una privada y luego en toda su etapa de fuerte crecimiento, llegando en algo más de 8 años a multiplicar por más de 10 veces su potencia instalada.
En dicha empresa, en la que estuve casi 20 años, trabajé primero en sistemas y luego en lo que habitualmente se llama Recursos Humanos, pero que ahí bautizamos como Gerencia de Personas, justamente buscando distinguir desde el nombre del área, que nuestro foco de trabajo se distinguía enormemente de un “recurso”.

Hicimos muchos cambios, implantamos varias herramientas nuevas para la época, y con mucho orgullo guardo entre mis recuerdos la amistad que construimos con los dirigentes sindicales, con los cuales aún hoy, después de varios años, nos seguimos juntando a “conversar la amistad”.
Finalmente, Gener (que así se llamaba ahora la antigua Chilectra Generación), fue adquirida por un grupo americano, y se produjo una alta renovación de todo el equipo directivo de la Compañía.

A los pocos meses dejé AESGener (nuevo cambio de nombre), para integrarme a Telefónica, donde asumí como Gerente Corporativo de Personas, en un momento bastante tenso de las relaciones laborales. Recientemente se había producido el primer despido masivo no consensuado con los sindicatos, lo que había provocado un quiebre muy fuerte de las relaciones laborales y las confianzas estaban perdidas.
Estuve cinco años ayudando a construir una nueva cultura, a colaborar en el necesario recambio de personas y procesos para hacer de esta gran compañía una empresa más ágil, más orientada a sus clientes, en suma una empresa más competitiva.
El trabajo fue duro e intenso, con necesidad de invertir muchas horas en él, lo que consumió todo mi esfuerzo y mi concentración, descuidando los demás frentes de la vida.

Para entonces, mis hijos habían crecido, estaban a punto de titularse, y mi señora había dejado su trabajo de pedagoga para dedicarse a desarrollar un ámbito de su vida en el que tiene tremendas fortalezas desde niña, como es el manejo de las energías. Ella es Maestra de Reiki y especialista en varias terapias llamadas complementarias.
Aproveché entonces un momento de cambio, como suelen haber en las empresas, para dar un paso al lado, para detenerme un rato a mis cincuenta años de vida para pensar hacia donde quiero orientar mis segundos cincuenta años.
Y aquí estamos hoy.

Mundo Mujer me ha solicitado si las puedo ayudar con su columna en temas de “recursos humanos” y aquí estoy, intentando encontrar un ángulo interesante desde el cual poderles mostrar a Uds. estos temas, y esta área, habitualmente tan vapuleada por todos, al punto que algunos le dicen “recursos inhumanos”, si bien sería interesante preguntarles qué han hecho ellos para ayudar a esa área a mejorar.

4 comentarios:

Carmen Gloria Gorigoitía C. dijo...

Que bueno Mauricio contar con experiencia através de tu blog

Voy a intentar relatar un hecho ocurrido hace muy poco a una amiga empresaria.

Ella ha intentado por todos los medios ofrecer a las personas que trabajan para su empresa buenas condiciones económicas y permanencia en un grato ambiente de trabajo.
Ella es Diseñadora y su empresa se dedica a la comercialización en 3 puntos de venta.
Hace pocos días ha vivido un momento muy difícil al comprobar que una de las empleadas con casi 2 años de contrato estaba robando. Esta persona al inicio de su contratación y por un buen tiempo demostró tener facilidad para vender a toda costa. Sin embargo le costaba mucho trabajar en equipo y reconocer la importancia de ofrecer el servicio de calidad que promueve la empresa, donde a la post venta se otorga gran importancia.
Bueno, desmotivada por el no reconocimiento de su particular forma de vender, su desempeño comenzó a flaquear. Lo que se tradujo en una baja en las ventas, además del no cumplimiento de metas por varios meses.
La empresaria con su equipo de apoyo más cercano comenzaron a poner mayor atención y así fue como se descubrió que permanentemente hacía ciertos "arreglines" para alterar las cajas diarias, hasta que se fue comprobando su modo de operar.
Por recomendación de los abogados la persona fue informada de su situación y se ofreció la posibilidad de renuncia, con la rebaja correspondiente de la cantidad de dinero robada. Cuando se vió desenmascarada lo negó todo, hasta el final. Firmó la renuncia y luego no ha dejado de llamar a casi todas las empleadas para decir que con ella cometieron una injusticia.
Lo que ha creado un ambiente laboral inseguro y de desagrado.
Mi pregunta es:
¿la persona que roba en una situación así aprovecha las oportunidades que se presentan delante de ella o siempre tuvo el mal hábito, el que primero disfraza mostrándose como un buen empleado para ganar confianza?
¿Qué hace que ella no reconozca su acción?

Carmen Gloria Gorigoitía C. dijo...

Que bueno Mauricio contar con tu experiencia a través de un blog

Voy a intentar relatar un hecho ocurrido hace muy poco a una amiga empresaria.

Ella ha intentado por todos los medios ofrecer a las personas que trabajan para su empresa buenas condiciones económicas y permanencia en un grato ambiente de trabajo.
Ella es Diseñadora y su empresa se dedica a la comercialización en 3 puntos de venta.
Hace pocos días ha vivido un momento muy difícil al comprobar que una de las empleadas con casi 2 años de contrato estaba robando. Esta persona al inicio de su contratación y por un buen tiempo demostró tener facilidad para vender a toda costa. Sin embargo le costaba mucho trabajar en equipo y reconocer la importancia de ofrecer el servicio de calidad que promueve la empresa, donde a la post venta se otorga gran importancia.
Bueno, desmotivada por el no reconocimiento de su particular forma de vender, su desempeño comenzó a flaquear. Lo que se tradujo en una baja en las ventas, además del no cumplimiento de metas por varios meses.
La empresaria con su equipo de apoyo más cercano comenzaron a poner mayor atención y así fue como se descubrió que permanentemente hacía ciertos "arreglines" para alterar las cajas diarias, hasta que se fue comprobando su modo de operar.
Por recomendación de los abogados la persona fue informada de su situación y se ofreció la posibilidad de renuncia, con la rebaja correspondiente de la cantidad de dinero robada. Cuando se vió desenmascarada lo negó todo, hasta el final. Firmó la renuncia y luego no ha dejado de llamar a casi todas las empleadas para decir que con ella cometieron una injusticia.
Lo que ha creado un ambiente laboral inseguro y de desagrado.
Mi pregunta es:
¿la persona que roba en una situación así aprovecha las oportunidades que se presentan delante de ella o siempre tuvo el mal hábito, el que primero disfraza mostrándose como un buen empleado para ganar confianza?
¿Qué hace que ella no reconozca su acción?

Carmen Gloria

Anonymous dijo...

Leyendo tu artículo, tomo una frase que me parece sustantiva:
¡“confianza en que mi jefe me tratará como a él le gustaría que lo traten”!.
Al leerlo parece tan obvio e incluso relativamente fácil, pero en el día a día laboral( y fuera del trabajo) uno ve que a la gente le cuesta mucho ponerlo en práctica ... desde algo tan fácil como dejar pasar un vehículo en un taco, hasta algo tan complejo como despedir a un empleado trabajador, pero "sin dedos para el piano".

Saludos, Jaime.

Eric Malbran dijo...

Wena!!!! Me parece de lujo el resumen de los primeros 50 años!!! (Aunque faltan varias cosas!!) Vienen 50 más!!!! DIsfrutalos a mango!!!! Gracias porque todo lo que predicas en tu pega sé de primera mano que lo practicas en la jato!!!! Eres un ejemplo a seguir viejo!!!!