viernes, 10 de diciembre de 2010

Caballos! sorpresa!!



Un amigo coach me invita a un taller de trabajo de equipo ¡con caballos!
Reconozco que mi relación con esos animales no ha sido fácil. Las pocas veces que he montado a caballo, el animal ha hecho lo que quiere, y yo me he sentido bastante mal.
Y la invitación me atrae por lo extraño y decido ir, junto a otros 5 amigos.
Llegamos a un lugar hermoso, campestre, situado en la pre cordillera, pero dentro de Santiago. Nos recibe Soledad Birrel, www.equilibre.cl y comienza invitándonos a observar un grupo de unos 10 caballos, sueltos en un corral.
Primer aprendizaje: si me doy el tiempo puedo observar (¿cuánto lo hago en mi vida diaria?) y comenzar a entender como ellos se comunican, como es la jerarquía dentro del grupo, como es la distribución de roles. Hay un burro al medio del corral, y es aceptado en la manada, no sólo no lo discriminan, sino que pareciera que lo apoyan. ¿Se darán cuenta que es más débil y requiere esa ayuda?
Soledad nos pide que elijamos un caballo, que entremos al corral y le pongamos una jáquima (cuerda para llevarlo).




Entro (con bastante miedo), elijo un caballo, me acerco lentamente, le hablo, el caballo está pastando, ni me mira, le paso la cuerda por arriba del lomo, ni me mira, ¡sigue pastando! Le pido “ayúdame” y nada!! Por suerte a otro le pasa lo mismo y el pide ayuda (¿cuánto pido ayuda yo por la vida? pocaso pues, así aprendí de chiquitito… ). ¿Qué hago? ¿Qué quieres hacer? le contesta Soledad. Levantarle la cabeza para colocarle la jáquima! Y bueno, dice Soledad, házlo entonces! Parece fácil. Me armo de valor, le paso el brazo por debajo del cuello, y lo levanto. Sorpresa! El caballo levanta su cabeza, y me quedo admirado un par de segundos, tiempo suficiente para que el caballo crea que no sé que quiero hacer, y vuelve a agachar la cabeza para pastar. Otro aprendizaje, si vas a hacer algo, ¡hazlo pues! Entonces, repito la maniobra, vuelvo a levantarle la cabeza, y ahora si aprovecho el momento y le pongo la rienda, y ¡oh sorpresa lo he logrado!

Soledad nos explica que yo puedo comunicarme con el caballo, pensando en imágenes y que el me contestará de la misma forma, y sorpresa de nuevo ¡si pasa!!

Maravilloso taller, muchas otras experiencias en el día, de las cuales destaco la importancia de
a) La claridad de propósitos (aprendí a distinguir entre el propósito de mi vida, que ha sido difícil para mi de dilucidar, y el propósito de mi paso siguiente, que es siempre más fácil. Basta con tener eso claro)
b) La distribución clara de roles, y la necesidad de estar atentos a como se mueve el equipo para poder ir apoyándonos en el camino
c) La importancia de elegir la solución de menor gasto de energía. A veces, le pongo tanta energía, para empujar hacia un lado, y quizás llegaría igual fluyendo más naturalmente, pidiendo ayuda, y confiando.

En resumen, un lindo aprendizaje en la relación con estos animales! Volví, sabiendo más de caballos y conociéndome un poco más a mi mismo!
Muchas gracias Soledad!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que interesante experiencia.No hay duda que muy a menudo vivimos demasiado acelerados.
Cierto que a veces es muy dificil confiar y pedir ayuda,.
será por educacion o por situaciones que hemos vivido??
En todo caso detenerse un poco y observar solo puede ser beneficioso.
gracias por compartir tu experiencia.
TITI

Rodrigo Silva Ortúzar dijo...

Mauricio,

¡Extraordinario tu artículo, y me alegro mucho de haber contribuido en parte!

Te felicito a ti y a Nicole, Karen, Mané, Florence, y Franklin por haberse dado el permiso de vivir y experimentar algo distinto.

A muchos que les cuento de este taller, me miran raro, o lisa y llanamente no me pescan o creen que es algo muy "poco racional".

En fin, quienes me han creido como ustedes, ven lo power que esto es.

Gracias por tu columna.

Yoyo.

pia dijo...

Cuando sabìa que no sabía nada y que otros si sabían, fue entonces que comencé a construir. Entendí que los sueños se hacen junto a otros y que nada me pertenecía.
Un abrazo enorme, pía salas.
Que ganas de de haber tenido esa maravillosa experiencia.